viernes, 1 de febrero de 2008

El raterismo en México, 1

La próxima colaboración aparecerá en el blog www.vuela-pluma.blogspot.com   porque esta dirección será consagrada desde febrero a hablar de mercadotecnia en odontología. Busquen  en ambos sitios próximas colaboraciónes.

 

 

El raterismo en México, 1.

 

Hace unos meses estuve en Europa. En Atenas, justo frente a mi hotel había un local con una cruz verde de neón en la entrada: una típica farmacia de barrio. Era pequeña, y la atendía una sola empleada escuálida. En una ocasión, Al pasar frente a ella, entré y le pregunté a la flaca cuánto costaría que me pusiera en el brazo la vacuna contra la influenza. Un Euro, me contestó.

 

Allá, a cualquier peatón le cuesta un Euro. En la bella y sencilla Grecia, que ya es parte de la Comunidad Europea, y por ello mucho más rica que nuestro país, que pésele a quien le pese, junto con resto de Latinoamérica, aún pertenece al Tercer Mundo. ¿Por qué aquí en México, a precio de proveedor, esa misma vacuna me cuesta $300 pesos, que son 18.75 ? 1875 por ciento más que allá.  La lógica indicaría que una vacuna debe costar menos en un país más pobre para que pueda llegar a más gente, ¿no crees? Ni hablar del beneficio sanitario y sobre todo del económico que conlleva prevenir enfermedades en vez de curarlas y luego hasta rehabilitar a quienes enferman. Sólo un loco ignora esto. O así parecería ser.

 

Compré unas medicinas en la Farmacia San Pablo, que yo creía que era sinónima de la baratez farmacéutica. El famoso Lipitor, que es la droga que más ha redituado a la industria farmacéutica en todos los tiempos (más que el Valium y el Viagra),  y que se emplea para bajar el colesterol y los triglicéridos (las grasas de la sangre) cuesta en México, por gramo, agárrese bien,  $1818.33. O sea que el kilogramo cuesta $1 818 333.33.  Sí: un millón ochocientos dieciocho mil pesos con treintaitres centavos. Para que usted se dé una idea, un kilo de oro puro cuesta, ahora a principios de 2008 que está tan caro, $335,183.32. El Lipitor cuesta, gramo por gramo, casi cinco y media veces más que el oro de 24 kilates.

 

Ahora no sé qué hacer. Si prefiero vivir arriesgándome a que el colesterol me tape las arterias pero con dinero  para pasarla de maravilla el resto de mis días, o si elijo vivir muchos años muy sano pero sin un clavo porque todo ese dinero ha tenido que emplearse en medicarme. 

 

En este caso, vivir pasando fríos y sufriendo carencias indudablemente tendría el doble efecto de que la vida me pareciera más larga.  Si no me tomo la medicina me arriesgo, además, a que "el resto de mis días" literalmente puedan ser muchos, muchos menos. Me atosiga la imagen de mí como un homeless, un hombre de la calle, barbón, ensueterado, pero con hoyos en los codos y con un sucio gorro de pompón, muriéndose de frío. ¿Qué camino elegirías tú? Te advierto que tu respuesta dirá si tiendes a ser un sibarita o un espartano. Y si eres obediente con tu médico.

 

Otro ejemplo, que nos hace reflexionar en el mucho dinero y en el gran trabajo que cuestan dormir bien en estas épocas: el Halción, que se emplea con inductor del sueño desde hace muchos años, cuesta $62.73 por gramo. Y ni hablar de otra medicina mucho más cara: el Stilnox.  Hagan sus cuentas y mejor traten de lograr la paz interior y una conciencia muy tranquila.

 

Pero en Sudamérica, que como ya dijimos también pertenece al Tercer Mundo, las medicinas en general cuestan menos. ¿Por qué es más barato allá? Una buena razón es porque en Argentina, Brasil o Perú lo importan de una compañía farmacéutica de la India. Y en Brasil a veces se brincan las leyes de patentes. Hablando de medicinas, digo que lo que es bueno para los peruanos y especialmente para los argentinos, también es suficientemente bueno para los mexicanos. O por lo menos para mí.

 

A quienes protegen el alza indiscriminada de los precios de las medicinas, quienes sean, tal vez oootra vez el Congreso, les propongo que mejor consideren ponerles IVA, pero impidiendo inmediatamente que los precios de éstas se eleven más allá de lo razonable. La verdad, con los precios actuales e indudablemente con los precios futuros nos va y nos irá peor que si las medicinas pagaran doble o triple IVA y tuvieran precios controlados.

 

Pudiendo vender medicinas a estos precios legalmente pero cometiendo una flagrante injusticia—, ¿para qué diablos se arriesgan los traficantes de drogas a que les caigan la AFI, la PFP, el ejército o, peor, los otros cárteles, por vender drogas miserables como la cocaína o el crack, que relativamente son tan baratas en comparación con las legales, llamadas medicinas? Tal vez fuera mejor que éstos organizaran una distribuidora de medicinas…  o pusieran una farmacia, que al fin y al cabo si algo les sobra a los traficantes es el dinero para hacerlo.

 

Hoy ha tocado escribir sobre el raterismo de unas cuantas medicinas, pero podría hacer lo mismo con la ropa de marca que se vende en Liverpool o, peor, en El Palacio de Hierro  (del que yo totalmente NO soy) comparándola en precio, calidad y diversidad con la que se vende en EEUU, en donde por lo general sale más barata aún cuando a su precio le sumemos el transporte, el hotel y los viáticos. Lo malo es que también podríamos hacerlo (y lo haremos en el futuro) con los vinos argentinos y europeos. O con los zapatos, la perfumería, los artículos electrónicos y, claro, los IPod.

 

Curiosamente, parece ser que en México lo más barato es lo que venden las tiendas con franquicias estadunidense: Office Max, Home Depot, SAM´s y Costco, excepto en el nuevo Saks Fifth Avenue de Santa Fe.  Por cierto: ¿a quien se le habrá ocurrido poner un Saks Fifth Ave justo en medio de donde vive la gente que compra en Saks… pero de Houston o Nueva York? Preveo un futuro oscuro para tal persona.

 

Y es que hay una tendencia absurda entre los mexicanos para tratar de sacar con el primer cliente toda la inversión que hacen en un negocio. Y hay una gran tendencia para aprovecharse de los demás en lo que respecta al dinero y los servicios. Ni duda cabe que la hay en todos los pueblos, pero oiga usted: acá nos mandamos y caemos en el raterismo (de ratero en su segunda acepción: "aquel que comete vilezas, bajezas o ruindades en los negocios").

 

Esto podría explicar algo de lo que pasa en el país: ¿no será también que las élites de la pirámide económica, con desmedida avaricia, impiden que nos beneficiemos también quienes formamos parte del cuerpo o la base de la pirámide? Parece que a nadie le importan aquellos que no tienen ni dinero ni seguridad social y que no pueden adquirir los medicamentos que han de proporcionarles mejor salud y un aumento en su calidad de vida. Además, no nos hemos dado cuenta de que el alto costo de la seguridad social en cualquier institución la pagamos todos quienes somos cautivos del fisco. Pero creo que lo más grave del caso, es que aquellos que trabajosamente llegan hasta el nivel de las élites y se proclaman "rabiosamente" honrados, dejan de serlo (por lo menos para los demás) en un corto lapso: seña inequívoca de que el raterismo ha hecho presa de ellos.  

 

Hoy les he dejado muchas reflexiones. Ojalá puedan contestarlas razonadamente y le den sentido a estos aparentes "sin sentidos".

 

Escríbanme para comentar: se valen críticas, pero ya saben: "el remedio, con un trapito".

 

 

Mis próximas conferencias y cursos sobre mercadotecnia odontológica:

 

·        Colegio Dental de Los Mochis, Sinaloa, 9 de febrero (día del dentista), toda la mañana. Informes e inscripciones: (668)812-2127 ó ueharamario@hotmail.com

 

·         Universidad Autónoma de Aguascalientes, Semana Cultural de Estomatología, viernes 14 de marzo, toda la tarde. Informes e inscripciones: (449)138-6016 ó ryeogon@hotmail.com

 

 

·        XXll Congreso Estatal de la Federación de Cirujanos Dentistas de Sonora, el cual se llevara a cabo los días 9,10 y 11 de Octubre de 2008, San Carlos Nuevo Guaymas, Son

 

·         Y sobre el papel del dentista en el tratamiento del ronquido:

     III Curso GELARA y 3er Encuentro Mexicano de Roncopatía y      Apnea del Sueño, Nuevo Vallarta, Nay.,  31 de julio y 1 y 2 de agosto. Inscripciones e informes: (55)5568-6954 ó clivoz@gmail.com,